Alimentarse consiste en satisfacer las necesidades del organismo en agua, proteínas, lípidos, glúcidos, vitaminas y oligoelementos, para asegurar el crecimiento y mantenimiento del cuerpo según la edad, sexo y grado de actividad física o psíquica.
Los alimentos suministran, pero de manera desequilibrada en relación a las necesidades, las proteínas, lípidos y glúcidos que constituyen una fuente de energía y moléculas necesarias al cuerpo humano, así como vitaminas y otros elementos. Resultando que solo la asociación, equilibrada de alimentos de tipos nutricionales diferentes, asegura los aportes de elementos indispensables.
La gastronomía está íntimamente ligada a la cultura, tanto es así que incluso los antropólogos contemporáneos consideran que la utilización del fuego para cocinar y la
memorización de técnicas culinarias son el punto de partida para la cultura humana (Neirinck, 2001), de este modo se fue trazando el camino para la construcción de las
formas de alimentación actuales, sin embargo, es importante mencionar que para este
logro transcurrieron miles de años.
En tiempos más recientes, la historia de la gastronomía se debe a las aportaciones de
cocineros que dejaron por escrito sus preparaciones y vivencias: Uno de los primeros
grandes cocineros fue Taillevent (1310-1395), quien unió por primera vez la literatura con
la cocina, codificando en libros todas sus recetas desarrolladas dentro de la cocina al
servicio de la corte de Francia y plasmando en su obra Le viandier una descripción de la
renovación de la cocina en la edad media del siglo XIV. En esta época se considera el
uso excesivo (o exagerado) de especias como parte de la cocina de los nobles, ya que
su precio elevado remarcaba su estatus económico dentro de la sociedad
Para estudiar a la gastronomía desde una óptica artística, se debe comprender primero
que el arte es una manifestación profunda del alma del artista, y que puede o no ser
conocida como tal, dependiendo del contexto en que se halle, por ejemplo, la cultura
occidental puede considerar artísticos productos en una determinada región, que en
otros tiempos u otras culturas cercanas a la región no marcan momentos históricos
trascendentes (Fernández, 1998: 7). La palabra arte, en su etimología /ARS/, significa
habilidad, haciendo referencia a las acciones que requieren de una especialización, y
dejando de lado a la creación instintiva, pues ésta carece de una aplicación consciente
de una serie de medios expresivos usados para lograr emitir determinados mensajes.
En este rubro hay que definir ciertas características, que de por si el arte deberá
contener para ser nombrado como tal:
- Tener propiedades estéticas positivas: bella, graciosa y elegante.
- Deben lograr expresar una emoción
- Ser desafiantes intelectualmente a través de las visiones recibidas y de los
modos de pensamiento que provoquen.
- Tener la capacidad de evocar significados complejos.
- Ser originales, propiciando la imaginación
- Debe ser un artefacto o representación que sea producto de un alto grado
de habilidad.
- Ser producto de una intención de hacer una obra de arte.
Si bien la descripción citada arriba no es para todas las obras de arte, ya que podrá
diferir en cuanto a las características de belleza y gracia, es una de las posibles formas
en que se expresan las cualidades que el arte debe contener.
Con tales especificaciones sobre el arte, se deja la puerta abierta para una gran cantidad
de actividades que pueden llegar a ser consideradas artísticas pero por la naturaleza de
sus formas no se les puede considerar como tal, ya que no son parte de las llamadas
“artes mayores”